Me interesa la idea de resiliencia generativa, entendida no solo como capacidad de adaptación, sino como impulso vital que transforma, crea y da forma a nuevas posibilidades. En la línea de Anna Forés y Jordi Grané, ser generativo no es solo resistir, sino generar: dejar una huella que convoque, que abra, que proponga.

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Es una actitud que se pregunta activamente por lo que da vida a los sistemas, sociales, emocionales, perceptivos, y que se compromete con la diversidad de voces, tiempos y narrativas. No se trata de predecir lo que vendrá, sino de imaginarlo, de inventar nuevas formas de habitar lo incierto y reimaginar lo posible.
 

Desde esta perspectiva, la resiliencia no es una defensa sino una apertura: una capacidad de mutación sensible, donde lo fragmentado no busca cerrarse en totalidad, sino mantenerse permeable. Es un ejercicio poético y político a la vez, que se plasma en la práctica artística como una forma de investigación intuitiva, material y conceptual.
 

Cultivar esta resiliencia es, quizás, comprometerse con una forma más profunda de escucha, una que se deja transformar por lo que aún no tiene nombre.

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ENG

 

On Generativity and Resilience
 

Generativity and generative resilience, concepts shaped by Anna Forés and Jordi Grané, form an undercurrent in my practice. To be generative is not only to endure, but to transform; to carry an evocative impulse toward creating, assembling, and reimagining meaning.
 

It is an attitude that actively asks what gives life to social, emotional and perceptual systems, and that commits to the diversity of voices, times, and narratives. It is not about predicting what will come, but about imagining it, inventing new ways of inhabiting uncertainty and expanding what is possible.

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From this perspective, resilience is not a defense but an opening: a capacity for sensitive mutation, where what is fragmented does not seek closure in totality, but remains permeable. It is both a poetic and political exercise manifesting in artistic practice as a form of intuitive, material, and conceptual research.
 

To cultivate this resilience is, perhaps, is to commit to a deeper form of listening, one that allows itself to be transformed by what does not yet have a name.